jueves, 24 de enero de 2013

Ayudando a aprender


El Ministerio de Educación designó el 15 de febrero como: “El día del logro”, en Educación Básica Alternativa - EBA. En esa fecha se mostrará a la colectividad las experiencias exitosas logradas en esa modalidad educativa. Al respecto, los dos mejores programas en alfabetización desarrollados en el país han sido, a criterio del director nacional de EBA, Walter Rabanal, el del Gobierno Regional de Junín y el que está impulsando Minera Yanacocha en Cajamarca: el Proyecto de Alfabetización y Educación Básica Alternativa – PAEBA.

PAEBA nació en Lima, en el año 2003, cuando en nuestro país se iniciaba la modalidad de Educación Básica Alternativa, pensada para las personas que no tuvieron acceso a la educación básica o que, por sus ocupaciones, no culminaron sus estudios de primaria y secundaria. Fue la Agencia Española de Cooperación Internacional – AECI la que estudió nuestra problemática y propuso el proyecto. AECI y el Gobierno lo desarrollaron con éxito en los distritos de Comas, San Juan de Lurigancho, Villa el Salvador, y Ventanilla.

A Minera Yanacocha, a través de su Coordinadora del Programa de Salud y Educación, Rosa Ordoñez, el programa le pareció eficiente y perfectamente replicable en la zona rural de Cajamarca. Se involucró en el emprendimiento a la Dirección Regional de Educación y al Alcalde del distrito de Baños del Inca. En una primera etapa el proyecto de aproximadamente 2 millones de soles, cofinanciado por la Concejo y Yanacocha, se inició en ese distrito en el 2009.

Los buenos resultados se aseguraron desde un principio. La aplicación del programa en esa localidad, además de contar con el apoyo financiero, técnico y social de la empresa minera, contó también con el concurso experto de AECI y el Instituto de Educación y Salud – IES, una organización no gubernamental especializada en fortalecer capacidades para la participación activa de los pobladores en la promoción de la educación, la salud y el desarrollo de sus comunidades.

“Nosotros (Yanacocha) impulsamos, acompañamos y apoyamos técnica y socialmente el desarrollo del proyecto para que tenga éxito”, me dijo Rosa Ordoñez. “Hacemos también el papel de facilitadores: vemos qué es lo que le va mejor a los participantes y lo implementamos”, agregó.

En una segunda etapa, y entusiasmados por los resultados, el proyecto se amplió al distrito de Cajamarca en el 2011, esta vez con el financiamiento único de Yanacocha también por valor de 2 millones de soles, alcanzando una cobertura total de 1 mil quinientos estudiantes por año. La Municipalidad de La Encañada, por su parte, firmará próximamente un convenio para aplicar el mismo programa en ese distrito, y ya la Dirección Nacional de EBA ha manifestado su intención de replicarlo a nivel regional, Yanacocha contribuirá con el estudio de pre-inversión.

Además de ofrecer horarios alternativos para los estudiantes que no pueden asistir todos los días a clases presenciales por sus ocupaciones, comentó Giovanna Huamaní, coordinadora del proyecto por el IES, en Cajamarca se trabaja con la metodología de educación para adultos que incluye materiales validados por la dirección de educación básica alternativa del ministerio de educación, con un diseño especial que permite, incluso, el auto aprendizaje.

Como parte del proyecto nacional, el Ministerio de Educación convirtió algunos colegios nocturnos en CEBAs - Centros de Educación Básica Alternativa, para que los participantes no sólo se alfabeticen, sino que además de aprender a leer y escribir puedan terminar o iniciar la primaria, o concluir también la secundaria, refirió Huamaní.

“Estamos llevando el colegio al estudiante”, dijo Rosa Ordoñez. Explicó, por ejemplo, que existe el CEBA referencial “Irene Silva de Santolalla” en Huambocancha Alta, no obstante, a los pobladores de Granja Porcón y alrededores les es difícil asistir por la distancia, entonces se crearon las “aulas periféricas”: los profesores van a las comunidades a impartir clases y forman “círculos de estudio”. “Llevamos al docente a la comunidad, con el mismo programa educativo del Estado adaptado a la realidad. Nuestro objetivo es disminuir la brecha del analfabetismo”, señaló la funcionaria de la compañía minera.

Esta mañana, precisamente, el CEBA “Irene Silva de Santolalla” realizará la segunda ceremonia de graduación en la que se certificará a 547 participantes del PAEBA en sus respectivos niveles. La primera fue en el 2011, en esa oportunidad fueron certificados 798 estudiantes. El programa incluye talleres básicos de corte y confección y computación que preparan a los participantes para insertarse en el mercado laboral.

Mi opinión. Estoy de acuerdo con lo que me dijo el nuevo Gerente Senior de Responsabilidad Social de Minera Yanacocha, Guillermo Manrique: “Si queremos causar un verdadero impacto en el desarrollo de la región, es necesario que todos los estamentos de la sociedad apuntemos a un mismo fin: la educación”. Manrique agregó que ese y el acceso al agua serán, durante su gestión, los ejes de trabajo prioritarios en su política de apoyo al desarrollo de las comunidades vecinas a la operación minera.

Por otra parte, es bueno que el Gobierno apoye y participe en las iniciativas del sector privado y la sociedad civil para mejorar la educación pública. Es urgente el concurso de todos los actores sociales para elevar el nivel educativo de nuestra población que está en los últimos lugares en el mundo en rendimiento escolar. No hacerlo, ya se sabe, impedirá que nuestros jóvenes, especialmente los de menores recursos económicos, se incorporen a la modernidad, agravando las diferencias sociales en nuestro país.

viernes, 11 de enero de 2013

El gran salto a la prosperidad

Violeta Vigo, Directora Ejecutiva de ALAC y Jacqueline Saettone, autora del libro El Gran Salto

Jacqueline Saettone, la autora del libro El Gran Salto, señaló durante la presentación de su obra, anoche en el hotel Costa del Sol, una paradoja de nuestros tiempos: aunque lo único seguro que existe en la vida es el cambio, las personas y las organizaciones nos resistimos a cambiar.

“Se dice que la mayor certeza es que todo cambia y sin embargo la mayor parte de nuestras organizaciones continúan haciendo lo mismo, repiten lo que les salió bien en el pasado, lo que siempre han hecho”, dijo Saettone.

En esencia, explicó, las organizaciones repiten sus éxitos sin dar espacio a la creación de su propio futuro. Se desenvuelven de espaldas a la realidad, al hecho cierto de que el mundo sigue cambiando aunque ellos sigan igual. Un día cualquiera despiertan y encuentran que son obsoletas. Lo que funcionó en el pasado ya no funciona más.

Eso pasó, por ejemplo, con grandes firmas japonesas como Sony que deslumbró y lideró el mercado durante varios años con su Walkman hasta que apareció el Ipod de Apple, o su gran industria de televisores que fueron reemplazados por los coreanos Samsung con mejor tecnología, excelente calidad y precio. Lo mismo le ocurrió a la Kodak que continuó produciendo máquinas fotográficas con rollo de película, mientras el mundo tenía medio cuerpo metido en la era digital. Fueron desplazados por no innovar.

Durante la economía industrial el rol del ser humano era semejante al de una máquina. No había espacio para la reflexión. Los trabajadores hacían labores repetitivas. “Eso funcionó muy bien y generó riqueza en su momento, pero estamos en la economía de la creatividad y hoy las organizaciones más destacadas, más prósperas y exitosas son aquellas que maximizan el potencial creativo de sus empleados. La competitividad en la economía de la creatividad depende sobre todo del talento de las personas y de dotarlas de las condiciones y el ambiente adecuado para crear”, dijo Saettone.

La presentadora comentó que Richard Florida, director de la empresa de consultoría Creative Class Group y autor del bestseller The Rise of the Creative Class dijo: “La competitividad en la era de la creatividad se basa en el desarrollo al máximo del potencial creativo de todos los trabajadores, desde el oficinista de almacén y el jardinero, hasta el informático o el arquitecto”. Florida postula la teoría de que la clase creativa fomenta un entorno personal y profesional abierto y dinámico.

Durante su disertación, Jacqueline Saettone habló del poder de los individuos para encontrar soluciones innovadoras a los retos que enfrentamos. Contó la historia de un médico que debía extirpar un órgano a una mujer que había sufrido varios episodios de tuberculosis y neumonía. Era el procedimiento normal aunque definitivamente se iba a afectar la calidad de vida de la paciente. No obstante, el galeno decidió explorar un camino nuevo y diferente.

Su opción era “fabricar” un órgano nuevo haciéndolo crecer fuera del cuerpo para luego trasplantarlo a la enferma. La intervención quirúrgica no era problema para el experto. La dificultad estaba en el hecho de que la tecnología para “fabricar” el órgano aún era parte de la ciencia ficción. No existía. Había que inventarla. Para ello solicitó el concurso de un biólogo ingles especializado en células madre y dos ingenieras nacidas en Milán quienes crearon un bioreactor para que el órgano pudiera crecer. Los profesionales tuvieron éxito.

Lo importante de esta experiencia, reflexionó Saettone, es que una persona que entienda la naturaleza del problema, tenga una fuerte motivación por resolverlo, y cuente con la participación de los expertos, puede liderar una innovación en ciencias y tecnología aun cuando él mismo no posea los conocimientos necesarios.

Sin duda el líder debe ser capaz de transmitir a sus colaboradores el sentido de urgencia y encender en ellos la pasión para innovar. Eso es lo que hacen los líderes innovadores: maximizar el potencial creativo de los individuos en sus organizaciones. Para lograrlo –dijo la autora- hay que preguntarnos: ¿Cómo crear una organización capaz de encender la pasión en los empleados? ¿Cómo crear una cultura de colaboración? ¿Cómo lograr que nuestros colaboradores conozcan bien a los usuarios de nuestros productos y servicios para que sean capaces de identificar las soluciones antes de que los clientes los pidan?

De todos estos temas, con ejemplos interesantes y una redacción amena, trata el libro El Gran Salto, Cómo Lograr el Éxito a Través de la Innovación, que su autora tuvo la gentileza de presentar en Cajamarca gracias a la invitación especial de la Asociación Los Andes de Cajamarca – ALAC, La Cámara de Comercio y Producción y el Colegio de Economistas de nuestra ciudad.

Jacqueline Saettone es master en administración por la Escuela de Negocios en Harvard y bachiller en Antropología por la Universidad de Pennsylvania. Fue merecedora de la prestigiosa beca Eisenhower, dirigida a líderes emergentes a nivel mundial. Ha ocupado importantes cargos en Lima, New York, Washington, Kuala Lumpur y Londres. Actualmente es directora de la Comisión Fulbright y de la Asociación Los Andes de Cajamarca.