viernes, 18 de septiembre de 2009

¡Feliz día Geólogos!

1993 Yanacocha - Cerro Baúl – Primer equipo de Geólogos de Newmont Perú
En La Foto. Agachados: Agustín Mamani, Pepe Quevedo. Primera fila: Jorge Barreda, Miguel Zulueta, Jesús Córdova, Martha Changanaqui, Edelmina Calderon, Enrique Velarde, Miguel Cardozo. Segunda Fila: Steve Turner, Stan Myers, Ricardo Morales, Anthony Bowerman. Tercera Fila: José Quiroga, Miguel Morera.

El primer geólogo del que tuve conocimiento en mi vida fue el profesor Otto Lidenbrock. Un científico brillante que impulsado por la necesidad de develar los misterios de esta inmensa roca que es nuestro planeta, se introdujo por la chimenea del volcán Sneffels, en Islandia, para recorrer mil doscientas leguas a través de un mundo fantástico en las profundidades del globo, y salir triunfante por la boca de otro volcán: el Etna, en Italia, hogar del monstruo Tifón, causante de los terremotos y las erupciones de humo y lava, de la mitología griega.

A Otto Lidenbrock me lo presentó el novelista genial Julio Verne, en una de sus mejores obras: Viaje al Centro de la Tierra. Cuando la leí, casi un siglo después de su publicación, yo tendría unos diez años y fue una de las razones por las que adquirí para siempre, el delicioso vicio de la lectura. La historia fue llevada al cine con relativo éxito. Es cierto: “Nunca se ha hecho una buena película de un buen libro”. La que me pareció fabulosa, en cambio, fue la recreación de la obra que hizo el músico inglés Rick Wakeman en su álbum Journey to the Centre of the Earth, en 1974, que guardo en un disco de vinilo como uno de mis más valiosos e inútiles tesoros de juventud.

Los geólogos que conocí más tarde, sí fueron de carne y hueso, y mucho espíritu. Cuento entre ellos a mis mejores amigos de siempre y los del inicio de mi vida profesional. Los recuerdo bien a pesar de los años, aunque a la mayoría no los veo más que de cuando en cuando, porque muchos enrumbaron sus vidas lejos de Cajamarca. Ellos conformaron los primeros equipos de exploraciones de Newmont Perú y Yanacocha que, con mucha dedicación y grandes sacrificios, descubrieron las anomalías que luego convertimos en minas y han sido la base de estos diecisiete años de trabajo de nuestra gran empresa minera.

A la cabeza de esos equipos, cada uno en su respectivo momento, estuvieron: Miguel Cardozo, Anthony Bowerman, Andrés Quiroz, Enrique (Kiko) Figueroa, Audrey Paverd, Bruce Harvey y Lloyd McEvers. Formaron parte también: Gustavo Velez, Raúl Mugruza, Raúl Villacorta, Enrique Velarde, Carlos León, Jorge Merino, Abel Puerta, Erick Liptten y Alfonso (Pepe) Quevedo. Asimismo participaron: Edelmira Calderón, Jorge Barreda, Jesús Córdova, Miguel Zulueta, Ricardo Morales, Martha Changanaqui, Stan Myer, Hernán Tanabe, Jorge Franco, David Abarca, Percy Zamora, Tomás Klein, Julio Rodas, José Trujillo, Alberto Peña, Rita Pinto y Cesar Velasco.

Pepe Quevedo y Jorge Barreda, lamentablemente, ya no están entre nosotros. Ellos se fueron para siempre. Como recordamos, Pepe falleció en un accidente en la mina hace trece años, en 1996, cuando un cerro se derrumbó bajo sus pies. Poco antes de morir, escribió un artículo para la revista Doré en el que terminaba diciendo: “Espero que quienes trabajamos hoy y los que lleguen después se contagien del esfuerzo y la fe de un inicio, para hacer de ésta, una mina mejor, mejor y mejor”. Nosotros le tomamos la palabra.

Durante el sepelio, el entonces Sub Gerente General de la empresa, Carlos Santa Cruz, señaló que: “Pepe fue el prototipo del explorador minero, verdadero pionero de la era moderna que combinando su aporte técnico con el más sacrificado esfuerzo personal, descubre los recursos que se encuentran ocultos en las entrañas de la tierra”. Fue un buen Geólogo, un profesional apasionado, y mejor esposo, padre y amigo.

Jorge Barreda también nos dejó. El ya no trabajaba en Yanacocha desde hacía varios años, cuando partió a la eternidad en el 2008. Jorge sufría de una insuficiencia renal que atacó su cuerpo durante mucho tiempo y que finalmente le ganó la batalla por la vida. Recuerdo que algunos meses después de su fallecimiento, su joven viuda y sus dos niños vinieron de Lima a visitar la mina. Era la promesa cumplida de su padre que Luz, su esposa, hizo realidad. Jorge les ofreció llevarlos a conocer la mina de oro más grande de Sudamérica que él ayudó a descubrir.

Hoy, 17 de septiembre, se celebra en el Perú el Día del Geólogo. Como amigo y parte de ese valioso grupo de hombres y mujeres que fueron los pioneros de Yanacocha he querido recordarlos a todos, y a manera de homenaje, especialmente, a nuestros queridos Pepe y Jorge. Finalmente, agrego una nota de saludo para nuestros compañeros Geólogos en su día. No es mía, la leí en alguna oportunidad y me pareció simpática para la ocasión:



“Feliz día Geólogos de Yanacocha
Queremos saludar a todos aquellos compañeros que eligieron el estudio de la tierra como su vocación. Nuestros geólogos, son felices al ver una roca alterada, deliran soñando con pórfidos y placeres, y disfrutan caminando los cerros cajamarquinos en la incesante búsqueda de depósitos… raras y queridas avis.

Por todo ello, y lo que les debemos, queridos geólogos, les deseamos un feliz día”.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Proyecto: Cocinas Mejoradas


El plan piloto está en marcha. Diez grupos de diez trabajadores voluntarios cada uno, y sus respectivas parejas, visitaron durante la última semana el Centro Poblado La Ramada para conocer a las familias que auspiciarán en el marco del proyecto Cocinas Mejoradas.

La construcción del primer centenar de cocinas se ha denominado plan piloto porque permitirá a la Secretaría Técnica evaluar en el campo la organización, los tiempos y el trabajo en equipo, a fin de identificar los posibles problemas y realizar los ajustes necesarios que faciliten el éxito de las siguientes etapas, en las que se construirán novecientas cocinas más en distintas comunidades alrededor de la operación minera.

Efectivamente, serán mil trabajadores voluntarios de Yanacocha los que participarán en esta altruista campaña de donación de materiales y acompañamiento a las familias campesinas beneficiarias, en el proceso de construcción y adaptación al cambio de uso de las cocinas tradicionales, en el piso, a cocinas mejoradas que optimizarán el uso de leña y contribuirán significativamente al cuidado de su salud.

Mientras se ejecuta el plan piloto, la Secretaria Técnica del programa está avanzando con la convocatoria, organización y capacitación, de los siguientes grupos de trabajadores voluntarios que visitarán las comunidades favorecidas durante los próximos meses. Se espera que el millar de nuevas instalaciones concluya en agosto de 2010.

Entre las mil cocinas mejoradas que se construirán, se cuentan las cien que el equipo Ejecutivo de Liderazgo de Newmont, los cinco altos funcionarios de la Corporación, que visitaron Yanacocha en agosto pasado, donaron generosamente a titulo personal y cuyo importe abonaron en una cuenta del programa, antes de su regreso a Denver.

Durante la primera visita de campo efectuada por los entusiastas voluntarios –serán cuatro entrevistas en total-, éstos explicaron a cada familia auspiciada los alcances del proyecto, las ventajas de utilizar el nuevo artefacto, su proceso de construcción y los materiales que aportarán ambas partes.

Para los vecinos de La Ramada el proyecto no es una sorpresa. En realidad, la idea de construir cocinas mejoradas para elevar la calidad de vida de los pobladores nació en ese centro poblado, cuando el área de Responsabilidad Social de Yanacocha realizó hace algún tiempo un proyecto similar llamado: Viviendas Saludables.

“Nosotros orientamos a los pobladores para que separaran sus dormitorios y la cocina de los demás ambientes de la casa. Para que construyeran anaqueles de madera y ordenaran su menaje cocina y a que se preocuparan por el manejo de los alimentos y el ingreso de luz y ventilación a sus viviendas”, comentó Rosita Ordóñez quien junto a Beatriz Alvarado son las facilitadoras y líderes del proyecto de Cocinas Mejoradas.

El viernes 11 de septiembre, los grupos N° 1 y 2 de voluntarios fueron recibidos en La Ramada por su Alcalde Gumercindo Yopla, quien agradeció el desprendimiento de los colaboradores de Yanacocha y manifestó su convencimiento de que las nuevas cocinas serán de gran ayuda para las familias favorecidas.

De igual manera, los trabajadores fueron presentados a la comunidad por el Teniente Gobernador de la zona, Dionicio Huatay, cuyo eficiente apoyo está contribuyendo a la buena marcha del proyecto, en bien de su población.

Por su parte, los voluntarios del área de Responsabilidad Social expresaron su agradecimiento por la cordial bienvenida y su satisfacción de participar en un proyecto tan importante para la salud y el bienestar de “nuestros hermanos del campo”.

martes, 1 de septiembre de 2009

Cuando la pobreza mata


El daño causado quedará en la conciencia de cada uno. Durante la última década los malos ecologistas peruanos alarmaron a la población con el cuento de miedo de la contaminación ambiental causada por la minería formal. Un fantasma que baja de las alturas para hacernos daño, cuando la triste realidad de nuestro país no es que la contaminación llegue de otro lado, sino que está instalada, como esos canceres inadvertidos, en la cocina de cada familia pobre de nuestro país, que son la mayoría.

Efectivamente, cuántas vidas se hubieran salvado en todos estos años de silencio interesado si esos malos ambientalistas hubieran difundido en su oportunidad que los factores que contribuyen al sufrimiento de enfermedades respiratorias agudas, apnea del sueño, desnutrición infantil, anomalías del crecimiento, enfermedades diarreicas frecuentes, infecciones oculares y hasta que uno se quede ciego por cataratas o le nazca un niño con retardo mental en nuestra Sierra, son el resultado de la inhalación de gases tóxicos provenientes de las tradicionales cocinas que usan leña o bosta de animales como material de combustión.

Basta alejarse un poco del centro de Cajamarca para observar como las casas de nuestros campesinos parecen incendiarse por la cantidad de humo que sale por el techo, la puerta y las ventanas de sus viviendas. La humareda proviene de cocinas tradicionales a leña en las cuales se colocan las ollas sobre una base de piedras en forma de trípode y que usan las familias pobres de nuestro país desde tiempos inmemoriales, y que además tienen una pésima eficiencia energética: sólo aprovechan, en el mejor de los casos, el quince por ciento de la energía almacenada en la leña con el consiguiente consumo de mayor cantidad de combustible en perjuicio de sus economías y de nuestros bosques.

Esa pobre gente no sabe que está expuesta a substancias tóxicas que exceden diez y hasta veinte veces los límites máximos permisibles recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Literalmente, se están envenenando y están condenando a sus inocentes niños a un triste futuro de incapacidad física e intelectual cuando no a una muerte prematura por enfermedades respiratorias.

La pobreza mata cuando casi el ochenta por ciento de los hogares en las áreas rurales de nuestro país utiliza leña para cocinar y cerca del quince por ciento utiliza bosta o estiércol –alrededor de dos millones de hogares-, sin saber que el uso inadecuado de esa materia orgánica que proviene de árboles, plantas y desechos de animales ocasiona en las personas expuestas neumonías, bronquitis, infecciones respiratorias agudas, tuberculosis, cáncer al pulmón y problemas cardiovasculares.

Es una paradoja que el Perú sea reconocido como el mejor destino turístico gourmet de Sudamérica, cuando las cocinas de la mayoría de hogares en los que se preparan esos riquísimos potajes por los que se nos reconoce en el mundo entero aún no hayan salido del subdesarrollo brutal en el que viven condenados millones de nuestros compatriotas, victimas inocentes de una pobreza extrema que ninguno de nosotros se atreve siquiera a imaginar.

El problema es mundial. Se estima que unos tres mil millones de personas siguen utilizando combustibles sólidos, incluidos biocombustibles (madera, estiércol, residuos agrícolas) y carbón para satisfacer sus necesidades básicas de energía cuya acción contaminante causa alrededor de un millón y medio de defunciones por año, la mayor parte de ellas entre niños menores de cinco años debido a infecciones respiratorias agudas. Por ello, uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas menciona: “Habilitar el uso de combustibles modernos al cincuenta por ciento de las personas que actualmente utilizan biomasa tradicional para cocinar”.

¿Es posible revertir esta situación en nuestro país? Sí. Se está haciendo. El Gobierno Peruano lanzó en junio la campaña “Medio Millón de Cocinas Mejoradas: por un Perú sin humo”, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pobladores a través de la masificación del uso de ese tipo de cocinas. Cajamarca está considerada en dicha campaña.

Por su parte, Yanacocha también esta haciendo lo suyo. La empresa ha comenzado un programa igual pero diferente: “Familias Solidarias Construyendo Cocinas Mejoradas”. En la primera etapa, que se inició el viernes 28 de agosto con un desayuno de confraternidad en un céntrico hotel en Cajamarca, el primer grupo de cien trabajadores de la compañía y sus respectivas parejas, además del Vicepresidente Regional de Operaciones de Newmont en Sudamérica, Carlos Santa Cruz, quien es el promotor de la iniciativa y participa junto a su hija María Alejandra, se comprometieron formalmente a participar activamente en el proyecto.

Los voluntarios efectuaron un aporte económico personal para la construcción de cocinas mejoradas en las poblaciones aledañas a la Mina y se relacionarán con otras familias de la comunidad para ayudarlos en el cambio de uso al nuevo artefacto que, de inmediato, mejorará su nivel de vida: económico, por el ahorro de combustible; salud, porque en poco tiempo librarán a sus cuerpos de las toxinas a las que estuvieron expuestos por muchos años; medioambiente, porque harán que sus hogares sean lugares más limpios y respirables; e incluso mejorará su estado de ánimo pues la contaminación en que viven actualmente esta considerada médicamente como una causa de depresión.

El proyecto completo tendrá una duración de doce meses y tiene planeado atender a mil familias en las comunidades aledañas a las operaciones mineras. Los primeros cien trabajadores serán reemplazados en los próximos meses por otros grupos, también de cien compañeros voluntarios, hasta completar el programa. La organización esta a cargo de una Secretaria Técnica conformada por: Rosa Ordóñez, Beatriz Alvarado, Luis Cornejo, Livio Paliza, Darío Zegarra, Erika Hamada y Violeta Vigo.

Refiriéndose al programa, Carlos Santa Cruz dijo que: “No se trata de aportar dinero para una obra de bien social, sino de nuestro compromiso y participación para salvar de un grave daño a miles de niños y adultos que están en riesgo en nuestra comunidad”. El alto funcionario manifestó que Yanacocha ha alcanzado el grado de excelencia mundial en Seguridad (once millones de horas sin accidentes con tiempo perdido desde diciembre de 2008) De igual manera, la empresa tiene el liderazgo en la aplicación de las mejores prácticas para la preservación del medioambiente y su relacionamiento con sus vecinos.

“No obstante -agregó Santa Cruz- hoy hemos dado un paso más. La integración de los trabajadores y sus familias con nuestros vecinos permitirá que nos conozcamos y valoremos mutuamente como personas. Yanacocha no es un ser abstracto sino un grupo de hombres y mujeres peruanos con corazón que queremos lo mejor para nosotros, nuestros vecinos, la región y el país”.

viernes, 21 de agosto de 2009

Un almuerzo de reencuentro


Hubiera sido estupendo que estuviéramos todos, los tres mil. Pero todos no cabemos en la casa de Federico Schwalb en Lima, así que Len Harris, nuestro primer gerente general, convocó el viernes pasado a un “almuerzo tardío”, cuatro de la tarde, para dar oportunidad a que llegáramos de Cajamarca, Arequipa y otras partes del país, a la primera promoción de esta gran escuela de minería mundial que es nuestra empresa, y celebrar juntos nuestros primeros diecisiete años de su creación.

A la letra, la invitación de Len al primer reencuentro de aquellos que estuvimos ligados a la compañía desde su inicio, decía: “Han pasado ya más de diecisiete años desde que se iniciara una gran y fascinante aventura que hoy se ha convertido en un símbolo mundial de éxito y eficiencia: Yanacocha”.

Aunque faltaron algunos buenos compañeros y mejores amigos como Juan Gavidia, Luis Argüelles, Jorge Osada, Leonaldo Leng, Jesús Córdova, los tres Enriques: Figueroa, Rodríguez y Winkelried, Raúl Pastor, Abel Puertas, René Fernández, José Quiroga y Lucho García, asistimos a la reunión alrededor de cincuenta personas. Allí estaban el dueño de casa por supuesto y también ex gerente general, Federico Schwalb; otro ex gerente general y ahora Vicepresidente Regional de Operaciones de Newmont para Sudamérica, Carlos Santa Cruz, junto a otros altos funcionarios y amigos, Peter Orams, Manuel Díaz, Ricardo Brazzini y Félix Guerra.

Asimismo, acudieron a la cita Manuel Villanueva, Alberto Cárdenas, Miguel Yrivarren, Jorge La Barrera, Abel Elías, Gonzalo Mas, Tulio Peña, Pablo Belaochaga, Carlos Domínguez, Boris Quimper, Julio Girón y Oscar Mimbela, entre otros.

Por las damas, estuvieron presentes: Maribel Makinaga, Mariana Valle, Nelly Taboada, Carlota Galván, Cynthia Castañeda, Patty Sánchez, Paola Ghilardi, Carolina Castilla, Ina Silva y Rocío Puiggros. Además de dos representantes de la que fue la Asociación de Damas de Minera Yanacocha, Adaminya, Carolina de Schwalb y Nélida de Díaz.

También asistieron Daniel Yataco, Ricardo Morales, Lucho Rojas, Alberto Lara, Juan Ramón Castagnino y algunos de los pocos que aún laboramos en la compañía, los últimos “Yanasaurios: una especie en peligro de extinción”: Ruth Rodríguez, José Chang, Leo Camacho, Tito Campos, Esaud Saleh, Gerardo Padilla y yo.

Por supuesto, sin nuestros contratistas, proveedores y asesores hubiera sido muy difícil llegar a ser la gran empresa que somos ahora. Ellos estuvieron representados por nuestros apreciados Mario Villavicencio (knight Piésold Consulting), Juan Lei (Translei), Miguel Mentzel (Zublin), Antonio Samaniego (VSV), Lucho Miranda y Marita Chappuis.

La historia que contó Len sobre la fundación de la empresa en su discurso de bienvenida al almuerzo fue emocionante. Nadie se animaba a invertir en el Perú de aquellos años marcados por el terrorismo y menos en un proyecto minero con un promedio de un gramo de oro por tonelada de tierra: otras minas dejan más que eso en sus relaves. El plan no parecía atractivo. Es que en nuestro país aún no se aplicaba la tecnología para operar una mina de oro diseminado, a tajo abierto, en canchas de lixiviación. Los mineros peruanos pensábamos en vetas.

Pero aceptamos el reto. El tiempo estaba de nuestra parte: en aquella época todo el mundo era joven y emprendimos con entusiasmo la “fascinante” aventura. Lo que más nos costó aprender no fue la nueva tecnología americana: los peruanos aprendemos rápido. Lo verdaderamente difícil fue el injerto de fuego para hacer nuestras las normas de seguridad industrial, el control medioambiental y la disciplina con que Newmont desarrolla todas sus operaciones. Esas normas no existían en el país. Tuvimos que romper muchas barreras culturales para implementarlas y llegar a ser los mejores.

Luego de varios años de exploraciones bajo la fórmula del Joint Venture, en enero de 1992 inscribimos la empresa en Registros Públicos, en julio recibimos la bendición del Directorio para arrancar con la construcción de la mina, el primero de agosto iniciamos la planilla de personal y exactamente un año después de denodado trabajo, el 7 de agosto de 1993, la Planta produjo la primera barra de Doré. Esta última fecha -se acordó en el Staff Meeting de marzo de 1997, fue designada como el Día Anual de Yanacocha.

“Yo me sorprendo cuando me entero que algunos proyectos nuevos programan dos y hasta tres años de construcción de mina para entrar en producción. Nosotros lo hicimos en un año”, dijo Len, orgulloso.

Y es que para todos nosotros es un verdadero orgullo pertenecer o haber pertenecido a ese grupo de profesionales peruanos que, como recordó Carlos Santa Cruz durante su intervención, aceptó y enfrentó con éxito el reto de conducir el proyecto Yanacocha desde su planificación en el papel, hasta verlo convertido en lo que es ahora: la mina de oro más grande del Perú y Latinoamérica.

Realmente fue y es una gran experiencia. De acuerdo a nuestro ex gerente de Control de Pérdidas, el popular y querido Félix Guerra: “El impulso de haber trabajado en Yanacocha, es una fuerza que hasta ahora, aunque ya no estamos en la compañía, nos empuja profesionalmente en cualquier lugar en el que nos encontremos”.

El reencuentro fue emotivo. Parecía y era en realidad una reunión de ex alumnos porque todos, tanto los que ya sabían como los que llegamos a aprender a Yanacocha, ganamos experiencia y conocimientos invalorables. Durante la reunión se expusieron algunas fotos de los comienzos de la operación que han quedado como mudos testigos de nuestro paso por la mina. Cada vez que las veo me quedo con la descorazonadora impresión de que los que estamos retratados allí somos los mismos de hoy, pero detenidos en el tiempo estático de una extraña dimensión.

Siempre he creído que un grupo de amigos y de compañeros de trabajo es bueno o es malo dependiendo de lo que es capaz de motivar en ti; si el hecho de estar, seguir su ejemplo o trabajar con ellos te convierte en una mejor persona y en un mejor profesional. Y en eso nuestra empresa es sobresaliente. Diecisiete años de trabajo constante, día con día, la calidad humana y el nivel profesional del equipo de hombres y mujeres que hacen de Minera Yanacocha una gran empresa peruana, lo están demostrando.

miércoles, 8 de julio de 2009

Diecisiete años


Parecía una Babel moderna. No tanto por el idioma inglés, el español o el spanglish de emergencia que se hablaba todo el día en el campamento, ni por las muchas nacionalidades representadas en esa pequeña porción de tierra en las alturas de Cajamarca: República Dominicana, México, Estados Unidos, Reino Unido, Filipinas, Bolivia, Australia, China, Sud África y Perú, sino por la diversidad cultural y la variada formación profesional de los trabajadores. Habíamos negros, blancos, trigueños, cobrizos, colorados y hasta amarillos. Geólogos, mecánicos, ingenieros civiles, de minas, operadores de maquinaría, administrativos, y obreros de todas las especialidades. A veces –como ocurre a menudo en nuestro país-, no nos entendíamos ni entre los mismos peruanos. No es verdad que el castellano sea un sólo idioma.


Por aquella época, subir a la mina tomaba dos horas de viaje en camioneta. En la temporada seca transitábamos por la trocha que serpenteaba la ladera hasta perderse en la última curva de la pajuela, en la cumbre. Pero cuando el camino estaba inundado y marcado por los surcos que dejaban la lluvia y el granizo, lo mejor era atravesar los pajonales. Enganchábamos la doble tracción y las camionetas cargadas de suministros trepaban los cerros rugiendo como animales de acero. Para los camiones, en cambio, la cosa era más difícil, como no podían hacer lo mismo, se atascaban con frecuencia y los sacábamos del barro con la ayuda de cargadores frontales o grúas que no siempre teníamos a mano.


El tránsito dentro del proyecto era impresionante. Una verdadera colmena de máquinas y gente. Era como uno de esos programas de Megaproyectos que transmite la National Geografic por televisión de cuando en cuando. Estábamos a fines de 1992, el país empezaba a respirar tranquilo después de la reciente captura de la cúpula de Sendero Luminoso, y hacía pocos meses, en julio, que el Directorio de la recién constituida Minera Yanacocha S.A. bajó la bandera que dio inicio a la carrera febril de construir la mina. El plan era ambicioso, teníamos un cronograma de actividades que pondría en marcha la operación en el plazo de un año. Un record mundial.


El campamento estaba ubicado en Pampa Larga. Era el tercero. El anterior, un edificio enorme de tapiales que construimos al pie de la laguna San José durante la etapa final de las exploraciones y para la puesta en marcha de la Planta Piloto, ya no se usaba. Le llamábamos “El Convento” por sus techos altos y a dos aguas, y los pasillos fríos y silenciosos de monasterio. Las habitaciones eran pequeñas y semejaban celdas de retiro por su decoración franciscana: las paredes desnudas y una cama pequeña con su mesita de noche eran todo el mobiliario. La construcción fue desechada porque el lugar pronto quedaría en medio de las operaciones mineras.


Para aquel entonces el primer campamento ya era sólo un recuerdo. Fue abandonado mucho tiempo atrás. Era una cabaña de madera con un comedor que hacía las veces de oficina, sala de dibujo y archivo de planos. Tenía, además, una cocina pequeña, un baño y dos dormitorios. Estaba instalada a trescientos metros de la laguna Yanacocha. Allí se hospedaron los jóvenes geólogos de Newmont que desde muchos años antes y durante varias campañas exploraron la zona en busca de los ocultos yacimientos de oro. Yo pasé una noche en esa casita prefabricada. Mejor dicho, dormí en un cobertizo anexo que hacía las veces de almacén y en el que había un camarote para huéspedes en exceso.


Llegué como turista en el verano de 1985. El Perú vivía la campaña electoral para las elecciones presidenciales que ganaría en abril Alan García con apenas 36 años de edad. En esa fecha, yo trabajaba en la Sociedad Minera BTX que se especializaba en exploraciones aéreas con helicópteros: desde la altura tomábamos nota del color oxidado de los cerros en el sur del país y ese era el primer indicio de las zonas mineralizadas interesantes. Miguel Cardozo, un buen amigo de siempre y gerente de exploraciones de Newmont de ese entonces, me invitó a conocer Cajamarca y el Proyecto.


Partimos de Lima y luego de un día y medio de viaje en camioneta, con descanso en el Hotel El Farol, en Casma, que por aquellos años más parecía un albergue de mochileros, llegamos a Cajamarca en las primeras horas de la tarde. Almorzamos en un restaurancito que ya no existe en el jirón El Comercio y cometí la barbaridad, entusiasmado por la proverbial calidad y el sabor de la carne cajamarquina, de comer un espléndido lomo fino, apenas llegado a la ciudad y justo antes de subir a cuatro mil metros de altura.


No olvido los detalles porque el malestar del soroche y el frío de la puna me hicieron pasar la peor noche de mi vida. A mí me tocó la cama de arriba del camarote. El techo glacial del cobertizo era tan bajo y lo tenía tan cerca que tuve la sensación helada de que en vez de frazadas me había arropado con las calaminas. Es cierto: cuando la temperatura es tan baja, ni siquiera se puede llorar de frío. Hasta respirar era para mí una tarea descomunal. En cuanto amaneció pedí por favor que me bajaran del campamento de inmediato. Apenas subí a la camioneta dije: “Ni más vuelvo”. Estaba equivocado.

Cinco años después, en 1990, regresé a Cajamarca con un contrato de prueba de tres meses y ya van 19 años que vivo en esta hermosa ciudad. Ya no era un invitado. Newmont Perú me contrató en Lima como administrador del proyecto de exploración Chaupiloma: así se llamaba uno de los varios denuncios que más tarde se convertirían en Minera Yanacocha. Efectivamente, dos años después de regresar, entre julio y agosto de 1992, se inició formalmente nuestra empresa adoptando el nombre quechua que significa Laguna Negra. La historia, a partir de allí, la conocemos todos porque hemos sido parte de ella.


Esos son los recuerdos que tengo fijamente grabados en el corazón más que en la memoria, y que revivo ahora que nuestra empresa cumple sus primeros diecisiete años de existencia. Aunque en todo este tiempo hemos vivido innumerables sucesos, buenos, felices y también algunos tristes, y se fundieron en una sola historia la vida de la compañía y la región, y la de miles de compañeros de trabajo, el tiempo pasó muy rápido. Parece mentira que diecisiete años puedan ser: tanto y tan poco tiempo a la vez.

jueves, 11 de junio de 2009

El Corpus Christi y los mineros de Cajamarca



Como todos los años en esta fecha, al igual que miles de compañeros que se levantaron de madrugada para asistir a sus labores en la mina, ubicada a cuatro mil metros de altura, el grupo de voluntarios de Yanacocha está en pie cuando aún no amanece. Ellos acudieron a la cita anual en la Plaza de Armas de Cajamarca para cumplir con su compromiso de fe: confeccionar la alfombra de flores y tierras de color por la que pasará la procesión esta mañana. Hoy es un día especial, es Corpus Christi.

Es la fría madrugada del jueves 11 de junio. El domingo pasado fue el octavo después del Domingo de Resurrección con el que culminó la Semana Santa. Un día tan importante que antaño se decía: “Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión”. Hoy celebramos la Solemnidad que proclama la fe de nuestra Iglesia en que Jesucristo está presente en el Santísimo Sacramento. El mundo católico está de fiesta y Cajamarca se apresta a realizar la ceremonia eucarística con la rigurosidad y el rito que acostumbra: la procesión de los fieles en la que se exhibe la hostia, el mismo Cuerpo de Cristo, en una custodia.

En el siglo XIII, en la antigua Abadía de Cornillón, del pueblo de Lieja, en Bélgica, Sor Juliana, priora de la comunidad de las monjas Agustinas, tuvo una repetida visión: la Iglesia, representada por una enorme y hermosa luna llena, se le aparecía en sueños con una fea y desmerecedora mancha negra que, a interpretación de la religiosa, significaba la ausencia de la Solemnidad que venerara el Santísimo Sacramento. El obispo de Lieja, impresionado por los reiterativos relatos de Sor Juliana, ordenó la creación y celebración anual de la fiesta en su diócesis.

Años más tarde, al norte de Roma, en Bolsena, un sacerdote también recibió la gracia de una revelación: cuando oficiaba Misa vio salir sangre de la Sagrada Forma y empapar el corporal. La reliquia fue llevada en procesión al entonces Papa Urbano IV. El Santo Padre, sorprendido por el prodigio, extendió la fiesta del Corpus Christi a toda la iglesia, fijándola para el jueves después de la octava de Pentecostés. A su muerte, el Papa Clemente V ordenó una vez más la adopción de la fiesta que, finalmente, se oficializó en el Concilio de Trento.

Actualmente, el Corpus Christi no sólo se celebra formalmente en las ciudades de Cuzco y Cajamarca, también es un día festivo oficial en ciertas partes de España, Austria, Alemania, Suiza y Brasil. Además, se festeja en República Dominicana, Bolivia, Croacia, Polonia, Trinidad y Tobago, Portugal y Venezuela.

Cuando Jesús entró a Jerusalén, la gente lo recibió extendiendo mantos y hojas de palma a su paso. Era la manera respetuosa y a la vez alegre de recibir a los reyes en aquella época. Probablemente ese fue el inició de la tradición que nos trajeron los conquistadores desde el viejo mundo. Confeccionar una alfombra con tierras y flores desde las primeras horas del alba, aplicando especial esmero y destreza para que sea borrada pocas horas después al paso del cortejo, es una muestra de arte efímero que intenta representar la devoción de quienes participan en la tarea.

“Ayudar a elaborar la alfombra por donde pasará la procesión –dijo el trabajador de Yanacocha, Carlos Scerpella
- es nuestra manera de agradecer al Señor por todo lo recibido cada día de nuestras vidas, la salud, el amor de nuestros seres queridos, el tener trabajo y que éste sea una parte importante del bien de nuestra tierra y de nuestro país. Es muy grato que nuestra empresa se una a nuestro homenaje y representar a muchos compañeros que por diversos motivos no pueden estar con nosotros pero nos acompañan con su trabajo y oración”.

martes, 9 de junio de 2009

Yanacocha entregará 3 mil 478 cabezas de ganado a tres comunidades



Parece un inmenso bosque de piedras grandes y blancas en mitad de la jalca, como si un gran cataclismo de esos que cocinaron el planeta hace millones de años las hubiese dispuesto de esa manera, al azar, en ese orden desordenado que sólo sabe crear la naturaleza. Son las tres mil cuatrocientos setenta y ocho cabezas de ganado vacuno y ovino que la empresa minera Yanacocha entregará, el próximo viernes 12 de junio, a los campesinos de tres centros poblados de la zona de influencia de la mina durante una ceremonia simbólica en el campo ferial de Baños del Inca.

Se trata del proyecto: Mejoramiento de los Sistemas de Producción Familiar en los Centros Poblados de Combayo, Chanta Alta y El Alumbre, así, con todas sus letras, que la minera y el Fondo de Crédito para el Desarrollo Agroforestal – Foncreagro, otra institución privada, también impulsada por Yanacocha, convinieron en desarrollar con los mismos comuneros para mejorar la producción y productividad de la crianza de ganado vacuno y ovino en las inmediaciones de la mina.

El interesante y ambicioso proyecto es el resultado de un proceso de negociación con los campesinos de las poblaciones aledañas. Acuerdos formales que han permitido el acceso a nuevas tierras y generado viabilidad social para Yanacocha, y fueron posibles gracias al diálogo, el liderazgo constructivo de las comunidades y la buena disposición de todas las partes.

El convenio, dijo el gerente del área de Responsabilidad Social de la empresa minera, Livio Paliza, “Es un evento de trascendencia para nuestras comunidades aledañas y para nosotros como empresa social y ambientalmente responsable”. “Hemos alcanzado acuerdos que marcan un hito en la historia de Yanacocha y de la minería nacional, no sólo en cuanto se refiere a los niveles de consenso entre los veintiún caseríos involucrados para apostar por un proyecto común, sino también por el impacto positivo que tendrá en sus caseríos, sus centros poblados y la región”, añadió el funcionario.

Efectivamente, los acuerdos entre la mina y las comunidades vecinas demostraron que siempre es posible compatibilizar los intereses de la actividad minera con los intereses y derechos de la población. En este caso, gracias al liderazgo positivo de los mismos campesinos, ellos solicitaron el proyecto de mejoramiento ganadero y han asumido con optimismo el desafío y las riendas de su propio desarrollo.

Los campesinos beneficiarios del plan son moradores de los caseríos: Laurel del Valle, San Pedro, Bellavista Baja, El Porvenir, San Luis, Pabellón y Maraypata. También de las comunidades de Quinuapampa, El Milagro, Corralpampa, Progreso, La Libertad, Las Lagunas y Hierba Buena Chica. Y finalmente de La Florida, Cushurubamba, Bellavista Alta, Santa Rosa, Ventanillas, San Antonio de la Pachachaca y Totoracocha.

Los pobladores recibirán en total seiscientos cuarenta y cuatro cabezas de ganado vacuno Brown Swiss mejoradas que provienen de las zonas altas de Cuzco y Puno, y producen el doble de leche que nuestras vacas criollas. Asimismo, se les entregará dos mil ochocientos treinta y cuatro ovinos de las razas Corriedale y Junín con excelente rendimiento en carne y lana. Las ovejas vienen de las SAIS Túpac Amaru y Pachacutec, del departamento de Junín. Y, finalmente, un tractor agrícola New Holland con sus implementos de arado, rastra y carreta.

El proyecto, cuyo costo total sobrepasa los tres millones de nuevos soles, también contempla un plan de capacitación de un año de duración para los beneficiarios. “Esperamos lograr un incremento en los ingresos familiares y una capitalización de su explotación pecuaria al contar con animales de mayor calidad y precio”, manifestó el director ejecutivo de Foncreagro, Francisco Raunelli.

sábado, 16 de mayo de 2009

Trabajadores de Yanacocha marchan para exigir su derecho al trabajo



CAJAMARCA 15-05-09.- Alrededor de dos mil personas, entre trabajadores de la empresa Yanacocha y contratistas, marcharon ayer por las calles de Cajamarca para exigir que las autoridades protejan su “derecho al trabajo”.

Como se sabe, un grupo de pobladores de Choropampa, San Juan y Magdalena llevan más de una semana bloqueando la carretera que une a Cajamarca con el resto del país, llegando a poner en riesgo las operaciones mineras debido al desabastecimiento de insumos para su producción.

El motivo del bloqueo –dicen los protagonistas- es para exigir que la empresa minera pague una mayor indemnización por el derrame de mercurio que un camión transportista causó en el año 2000.
Aunque el caso fue llevado a juicio en el país y en Estados Unidos, por los mismos pobladores, y ya han sido zanjados la mayor parte de los reclamos, aún existen expectativas por obtener mayores beneficios económicos, que incentivan algunos líderes sociales.

Los bloqueadores han amenazado con radicalizar su actitud impidiendo el paso de combustible y el abastecimiento para los mismos pobladores de la ciudad, si el más alto funcionario de Yanacocha, Carlos Santa Cruz, no se acerca a negociar con ellos.

Al respecto, la respuesta de la compañía minera ha sido clara: “No vamos a ceder al chantaje de un grupo de personas que ha cometido el delito de bloquear la carretera. Sería un mal precedente para la empresa y para Cajamarca sentarse a dialogar con gente que está cometiendo un delito”, dijo el gerente de Asuntos Legales y Corporativos de Newmont, Javier Velarde.

Por su parte, algunos pobladores de Choropampa dijeron estar confundidos con lo que está ocurriendo. Sus líderes les han asegurado que aún pueden interponer demandas contra la empresa minera y les cobran dinero para contratar abogados, mientras que, por otro lado, les han informado que los plazos para iniciar acciones legales ya vencieron.

Durante la marcha, el minero Antonio Sevilla, manifestó que él y sus compañeros salieron a las calles para protestar contra el bloqueo de Choropampa que ha interrumpido el normal desenvolvimiento de su trabajo.

“Somos muchas personas que estamos dejando de trabajar, por eso solicitamos la presencia de las autoridades, del fiscal, del general de la policía nacional, a fin de que intervengan y se solucione el problema”, dijo el trabajador.

Luis Cabrera Noriega, otro trabajador de Yanacocha, expresó que: “Es lamentable que no haya resultados concretos por parte de las autoridades y eso incentiva a realizar este tipo de movilizaciones. Somos más de dos mil trabajadores que hemos salido a las calles para protestar reclamando solución al problema, porque pronto va a faltar insumos para que la empresa opere”.

Por su parte, la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía invocó ayer al Ministerio Público y al Poder Judicial que formulen las denuncias y sanciones correspondientes contra los responsables de estas acciones de violencia.

“Los peruanos no podemos permitir que en el país se den hechos de esta naturaleza. La democracia no es sinónimo de impunidad, razón por la cual es Estado peruano debe continuar adoptando las mediadas que sean necesarias para garantizar el principio de autoridad, el orden público y el respeto a las leyes”, manifestó el representante de esa institución.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Rechazo de los cajamarquinos al bloqueo de carretera en Choropampa



CAJAMARCA 13-05-09.- La mayoría de los cajamarquinos está en desacuerdo con el bloqueo de carretera protagonizado por algunos pobladores de Choropampa y otros centros poblados aledaños y reclama medidas a las autoridades para ponerle fin.

Si bien existe diferencia de opiniones en cuanto a la pertinencia de su reclamo, un alto porcentaje de los pobladores de Cajamarca rechaza esa forma violenta de protesta.

A modo de ejemplo, una rápida entrevista entre las personas que llegaron a nuestra ciudad por vía terrestre, los comerciantes del mercado central y varios empresarios dueños de pequeños negocios consideraron “desacertada” la actitud de las autoridades de no impedir el bloqueo de carretera que ya lleva una semana de duración y que por el contrario permitan el maltrato de los chóferes y viajeros.

La mayoría de los entrevistados manifestó que, aunque los pobladores de Choropampa tuvieran razón en cuanto a sus reclamos, nada les da derecho a impedir el libre tránsito de los vehículos y de las personas. “Bloquear carreteras es una mala costumbre y un delito que se comete impunemente en Cajamarca”, dijo el pasajero de un bus a quien los manifestantes le revisaron su equipaje para dejarlo pasar por la zona del bloqueo.

“No hay ningún derecho a que nos impidan el paso, las autoridades deben intervenir inmediatamente”, reclamo el propietario de un camión que lleva detenido tres días en la ruta por llevar maquinaria para una empresa contratista minera.

Hasta el martes los pobladores, en franco desafío al Estado de Derecho, habían detenido en la carretera, en ambos sentidos de la ruta, a ochenta traileres con abastecimientos destinados a la empresa minera Yanacocha.

Por más que el Gobernador de Cajamarca anunció que se tomarán medidas legales contra las personas que organicen y participen en bloqueos de carreteras, los bloqueadores de la vía a la Costa permanecen desafiantes en su cerrada posición y amenazan con radicalizar su medida de fuerza impidiendo el paso de los cisternas con combustibles y los camiones de alimentos para “obligar” a la población cajamarquina a unirse a sus reclamos.

Por su parte, la empresa Yanacocha manifestó en un comunicado interno que ha cumplido con salvaguardar la salud de las personas y la protección del medio ambiente, después del accidente de derrame de mercurio de un camión de la empresa transportista Ransa ocurrido hace nueve años.

De otro lado, trascendió que la Fiscalía Penal de Santa Apolonia iniciaría hoy el trámite legal correspondiente para denunciar penalmente a quienes vienen protagonizando este hecho delictivo.

sábado, 9 de mayo de 2009

Inauguran Expo Venta de joyas



CAJAMARCA 06-05-09 .- El arte hecho joya para Mamá es el título de la quinta Expo-Venta del Centro de Innovación Tecnológica en Joyería Cajamarca – CITE Koriwasi, inaugurada ayer en nuestra ciudad.

Son más de cien joyeros, entre estudiantes y egresados de ese centro de formación técnica, los que participan en la exhibición y venta de sus mejores trabajos.

“Es un orgullo para nosotros que la población pueda adquirir en esta fecha tan especial del día de la Madre, una joya elaborada por manos de joyeros cajamarquinos”, dijo el Director Ejecutivo del CITE Koriwasi, Luis Felipe Velasco.

Por su parte, la Directora Ejecutiva de la Asociación Los Andes de Cajamarca, Violeta Vigo, felicitó a los organizadores de la exposición y manifestó que Cajamarca se convertirá en la Capital de la Joyería Peruana en los próximos diez años.

La exposición – venta de joyas estará a disposición del público todos los días hasta el sábado 9 de mayo en el horario de 9 de la mañana hasta las 10 de la noche, en el segundo piso del local de la Gobernación ubicado en la esquina del Jr. Dos de Mayo con la Plaza de Armas.

Como se sabe, el CITE Joyería Koriwasi es el resultado de una alianza estratégica entre el Estado, representado por Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR), y Minera Yanacocha a través de la Asociación Los Andes de Cajamarca.